sábado, 19 de febrero de 2011

Izquierda Socialista e Izquierda Nacional. sobre Sarmiento

En los últimos meses un libro del periodista Andrés 
Oppenheimer viene recibiendo el beneplácito de los medios. El autor 
recorre programas televisivos sosteniendo que el progreso de los países 
se debe al desarrollo de la educación. A esta prédica, realizada desde 
posturas francamente reaccionarias, se suman ahora otras voces de la 
exaltación pedagógica. Por ejemplo el diario Clarín ha cedido una 
página para que Alberto Luis Romero pueda repetir las ideas de su padre 
sobre un inalterable progresismo de Sarmiento, con motivo del segundo 
centenario de su nacimiento el 14 de febrero de 2011. La celebración es 
también acompañada desde la página digital de Izquierda Socialista 
con un artículo de Tito Mainer. Como puede apreciarse el espectro 
sarmientista es muy amplio y cubre desde la extrema derecha a la 
ultraizquierda dejando espacio para el centrismo. 


Algunas de las aseveraciones de Mainer serán objeto de los siguientes comentarios: 


• "Estadista burgués honesto y consecuente" 


El pensamiento de Sarmiento careció de una orientación direccional 
estable. Su juvenil adhesión al romanticismo de la generación del 37 la 
realizó sin desprenderse totalmente del iluminismo todavía presente. Un 
claro ejemplo de esa mixtura es el famoso libro Facundo. Posteriormente 
tampoco avanzó hacia un romanticismo integral sino que lo mechó con 
posturas positivistas. En este último terreno prefirió la influencia de 
E. Spencer para adoptar un fuerte posicionamiento racista en Conflicto y armonías de las razas en América. 
A esta discontinuidad filosófica adicionó sus alteraciones políticas. 
Pasó de su inicial unitarismo al apoyo del federalismo de Urquiza, para 
entregarse después abiertamente al mitrismo. También abandonó su 
originaria admiración por Francia por su idealización de los Estados 
Unidos, para finalmente desembocar en una amplia anglofilia. Propició 
con entusiasmo la inmigración europea y después renegó de ella como 
puede apreciarse en Condición del extranjero en América. Nunca 
fue un pensador sistemático sino un impulsivo errante, más apasionado 
que reflexivo. Carente de ataduras políticas desde 1875, se convirtió en 
un franco tirador impredecible. 


• "A su turno se enfrentó con B. Mitre y con J. A. Roca" 


Sarmiento apoyó plenamente a Mitre en la etapa de secesión bonaerense y 
durante toda su presidencia. Esto le permitió satisfacer sus afames 
represores, especialmente contra las resistencias provincianas y la 
autonomía paraguaya. Para dar ejemplos salientes recuérdese su odio a 
Chacho Peñaloza (apludió el asesinato precisamente por su forma 
horrorosa) y a Francisco Solano López (proclamaba que los paraguayos y 
su jefe eran étnicamente inferiores). Durante la presidencia de Roca 
ocupó diversos cargos públicos lo que le permitió cobrar cinco sueldos 
simultáneamente. 


• "Fue el más preclaro estadista" 


Uno de los principales elementos constitutivos de un estado es su territorio. El sanjuanino sostuvo en Facundo 
que el mal argentino era su vasta extensión territorial. En Chile, 
apoyando a la oligarquía gobernante propició la ocupación del estrecho 
de Magallanes y el avance sobre la Patagonia ("Magallanes pertenece a 
Chile y quizás toda la Patagonia"). También consideró que la presencia 
británica en las Islas Malvinas era un signo de progreso civilizatorio. 
Posteriormente, festejó el desprendimiento de Buenos Aires de la 
Confederación. Nunca apoyó a las figuras continentales integracionistas y 
despreció a caudillos como Artigas. Propició la pequeña propiedad 
agraria y la educación, pero en su presidencia nada hizo por lo primero y 
muy poco por lo segundo. 


• "Formación de ciudadanos acostumbrados a decidir y votar democráticamente" 


Siempre Sarmiento se mostró enemigo del voto popular ("El ejercicio de 
la soberanía traería como consecuencia la elevación de un caudillo, que 
representa en todos sus instintos la mayoría numérica en despecho de la 
minoría ilustrada"). En su carta a Domingo de Oro del 17-6-57 se 
vanagloriaba del fraudulento triunfo electoral del 29-3-57 conseguido 
por el ejercicio del terror sobre los opositores. ("Los gauchos que se 
resistieron a votar por los candidatos del gobierno fueran encarcelados, 
puestos en el cepo, enviados al ejército para que sirviesen en la 
frontera con los indios y muchos de ellos perdieron el rancho, sus 
escasos bienes y la mujer"). Jamás se preocupó por el desarrollo de las 
prácticas democráticas. 


• "Tenía por intención civilizar a los gauchos y marginales y nacionalizar a los inmigrantes" 


Soñaba Sarmiento con una organización nacional sin injerencia de indios,
negros y mestizos. Poseía una concepción racista de la civilización 
donde las etnias blancas sin mezcla poseyeran una superioridad 
determinante. Por eso aconsejó a Mitre no ahorrar sangre de gauchos, 
elogió las campañas de eliminación de los indígenas y pensó que la 
descendencia con negros venía a empeorar aún más la conformación étnica. 
Estaba convencido que el progreso de Estados Unidos se basaba en la 
ausencia de una descendencia entre conquistadores y mujeres autóctonas. 
Debido a ello si en Facundo era optimista (en definitiva la civilización 
se impondrá sobre la barbarie), en Conflicto y armonías de las razas en América 
fue pesimista (nunca se superará el déficit racial derivado del 
mestizaje). Desilusionado del proceso inmigratorio, en la vejez perdió 
todo interés en que los extranjeros se nacionalicen. 


Se podría continuar con estas cuestiones. Pero, para no abrumar al 
lector, corresponde ahora señalar otros aspectos del artículo de Tito 
Mainer. Llama la atención el alejamiento de las orientaciones que sobre 
el particular estableciera Milcíades Peña. El rescate por izquierda de 
las figuras de Alberdi y de Sarmiento que este historiador influyente de 
la ultraizquierda realizara oportunamente, fue hecho con variados 
reparos que no aparecen en el apologético texto glosado. Al respecto 
corresponde las siguientes afirmaciones: 


→ la guerra contra el Paraguay que apoyó Sarmiento configuró una Triple Infamia; 


→ en su lucha contra la barbarie se ligó con la oligarquía porteña que carecía de propósitos verdaderamente civilizatorios; 


→ fue un liberal burgués en la época del imperialismo cuando el capitalismo ya había perdido todo contenido progresivo; 


→ en su presidencia Sarmiento logró elevarse por sobre los intereses de 
las fracciones oligárquicas pero no alcanzó a romper con la oligarquía 
en su conjunto; 


→ le faltó la clase social que lo apoyara en la construcción de un capitalismo autónomo. 

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