viernes, 23 de septiembre de 2011

EL MIEDO. Pema Chödrön.

Asunto: EL MIEDO. Pema Chödrön.
Para:


"El miedo es la reacción natural al acercarse a la verdad." La
escribió Pema Chödrön en un libro de su autoría, Cuando todo se
derrumba.


Algunas ideas impactan cuando su contenido refleja vivencias comunes.
Ciertas oraciones representan el sentir de muchas personas. Pocas, muy
pocas, modifican el destino de los seres humanos y sólo algunas
imprimen brío y siembran dudas. La de Chödrön es una de estas últimas.


Aunque no siempre se verbalice, ni siempre se comparta, el miedo es
una experiencia común y universal. Si no se le menciona con la
frecuencia "debida" es porque la mayoría de las personas busca
–buscamos– evadirlo. Todos somos capaces de diseñar sofisticadas
máscaras y oraciones elocuentes para esconder nuestros temores; emular
las mañas del avestruz es un ejercicio muy humano. La sentencia de
Chödrön, monja budista, es una idea que se lee y se vive en cualquier
rincón del mundo. Dependiendo de los tiempos del lector –paz,
intranquilidad, duelo, enamoramiento– las frases adquieren diversos
significados. Del miedo todos saben. Es una vivencia que inquieta a
filósofos, médicos y sociólogos; los animales también son presa de
ella. El miedo es una morada a la cual se debe entrar.


La frase de Chödrön ofrece muchos recorridos. Uno de ellos surge de la
agobiante realidad y del insoportable peso de la realidad. Muchas
veces los seres humanos no se acercan a la verdad por el temor que
esta genera. La verdad siempre ha sido fuente de encuentros y
desencuentros. Alejarse de ella es, con frecuencia, uno de los dogmas
no escritos del poder y de la burguesía. Entre otras razones, las
personas adineradas han construido una sociedad donde los logros
materiales y los bienes físicos funcionan como antídoto contra la
verdad y como pócima contra el miedo. Por razones similares, la
inmensa mayoría de los políticos en el mundo comparten la cualidad de
no reconocer lo falso de lo cierto. Con los pobres suceden otras
cosas. Incapacitados de sustraerse de los significados de la realidad,
sólo consiguen atenuar o postergar la cruda verdad de su existencia
para así aplacar un poco sus miedos.


Lo que triunfa es el enajenamiento. Basta repasar los rostros de los
usuarios de los nuevos aparatos de comunicación para comprender el
significado de la ausencia. Esos aparatos, verdaderas placentas y
ombligos, no sólo siembran distancia, también inmunizan contra la
realidad y contra el miedo. No busco exaltar ni vindicar el miedo.
Sólo pienso que es prudente estar ahí y luego salir.
El miedo es una reacción normal en el ser humano y en la mayoría de
las especies animales. Aunque a nadie le gusta esa sensación, no
siempre es negativa. Mucho se construye cuando se confronta el temor.
Buen ejemplo de esa afirmación es la enfermedad. Los enfermos que
padecen angustias o dudas desarrollan, a partir de la experiencia del
miedo, armas para confrontar el mal y para mirar de otra forma su
presente. Y no sólo su presente: la vida. La vida que pasa sin
percatarse, sin saber que ahí estuvimos. La vida que no se habitó más
allá de las fronteras del miedo.
Los enfermos fabrican historias y artilugios a partir del miedo para
lidiar mejor con su realidad. En ocasiones se refugian en notas que
sirven como pócima para entender y menguar sus angustias: "Una herida
que nace del dolor y expone el temor permite regresar al pasado,
hablar con los seres queridos y encontrarse con uno mismo." Otras
veces modifican algunas conductas para saldar cuentas personales o con
otras personas. Algunas veces las ideas generadas a partir del miedo
son terapéuticas para las personas y en ocasiones para la sociedad.
Más de un sátrapa –es lamentable que no sean más– ha sido colgado o
ejecutado cuando la humillación vence el miedo. Lo mismo les sucede a
algunos pacientes: aunque la muerte sea el destino inmediato,
confrontan mejor su realidad.


En el mismo libro de Chödrön, en la contraportada, se lee: "El término
chino para la palabra 'crisis' consta de dos ideogramas: uno significa
dificultad, el otro, oportunidad." Algunos conflictos, cuando se
confrontan, devienen nuevas fuerzas. La palabra miedo puede sustituir
la palabra crisis: los miedos, cuando se desmenuzan, modifican
conductas y generan cambios benéficos. Esa noción es universal. No se
limita a las personas. Incluye a las sociedades. Muchas preguntas
surgen cuando se cambian las actitudes frente al temor.


El miedo da miedo. El miedo es preámbulo de mutación. Todos nos vemos
atrapados durante algún tiempo en sus redes. Modificar atenaza: vencer
el miedo es antesala de la libertad. Al mirarlo de frente se abren
nuevos caminos, se siembran posibilidades diferentes. Aunque nada
compite con la libertad, no siempre es cómoda. La libertad amedrenta:
enfrenta a quien la tiene con su alter ego, con lo que lee y dice el
espejo.


Como en otras circunstancias los trinomios son complejos. El de miedo,
verdad y libertad es un círculo vicioso; es menester deshacerlo para
alcanzar la libertad. Dialogar con el miedo es la única vía para
entenderlo. El miedo da miedo. La única forma de romper esa ecuación
es confrontando la verdad. De ahí sigue la libertad.


"El miedo es la reacción natural al acercarse a la verdad", me
recuerda la voz de un enfermo incurable. Sabedor de su morir, preso
del agotamiento e incapaz de seguir luchando, decía: "No tengo miedo.
En mi cuerpo, en mi casa, el tiempo ha dejado de existir. Entiendo la
verdad: la muerte es mi próxima morada. Deshojaré el miedo, pedazo a
pedazo, en compañía de mi pasado y de mis seres queridos hasta que la
muerte me recoja."


Chödrön: "El miedo es la reacción natural al acercarse a la verdad."
"Se miente más de la cuenta, por falta de fantasía, también la verdad
se inventa." Antonio Machado


Saludos


"Existen cuatro cosas en la vida que no se recuperan:
Una piedra después de haber sido lanzada;
Una palabra, después de haber sido proferida;
Una oportunidad, después de haberse perdido;
El tiempo, después de haber pasado".

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