AU: 321/13 Índice: AMR 51/080/2013 EE. UU. Fecha: 27 de noviembre de 2013
ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA: EJECUCIÓN INMINENTE TRAS DÉCADAS EN EL "CORREDOR DE LA MUERTE"
El gobernador de Florida ha firmado la orden de ejecución de Askari Abdullah Muhammad, un hombre de 62 años condenado originalmente a muerte en 1975, cuando tenía 24 años. Askari Abdullah Muhammad tiene un historial de grave enfermedad mental, que incluye un diagnóstico de esquizofrenia paranoide.
Askari Abdullah Muhammad, anteriormente conocido como Thomas Knight, fue condenado a muerte en 1975 por el asesinato de Sydney y Lillian Gans, cometido en julio de 1974 cerca de Miami. La condena de muerte se anuló en 1988, pero volvió a dictarse en 1996. Mientras tanto, en 1983, Askari Abdullah Muhammad había sido condenado a muerte por el asesinato de un guardia de prisiones, James Burke, cometido en octubre de 1980. Aunque la ejecución de Askari Abdullah Muhammad se encuentra suspendida en espera de que se celebre una vista sobre el nuevo protocolo de inyección letal del estado, la fecha de ejecución podría fijarse dentro de unas semanas. El gobernador de Florida denegó el indulto cuando firmó la orden de ejecución en octubre. Los abogados de Askari Abdullah Muhammad han recurrido contra el proceso de indulto, por considerarlo injusto.
Los abogados también han recurrido contra la condena de muerte, alegando el largo historial de enfermedad mental de su cliente. Askari Abdullah Muhammad fue hospitalizado en 1971 y recibió tratamiento para las etapas iniciales de la esquizofrenia. Luego, antes de su juicio de 1975, se le diagnosticó esquizofrenia paranoide. En aquel juicio, un experto concluyó que Askari Abdullah Muhammad era legalmente un demente en el momento del delito; otros tres expertos concluyeron que no sufría demencia, pero sí enfermedad mental. En 1996, en su segunda vista para la determinación de la pena en el caso Gans, la defensa presentó testimonios de expertos que declararon que Askari Abdullah Muhammad sufría esquizofrenia y que su enfermedad mental había contribuido a los asesinatos.
El año anterior al asesinato del agente Burke, un médico diagnosticó a Askari Abdullah Muhammad "esquizofrenia paranoide" y concluyó que se trataba "claramente de un hombre con un grave problema psiquiátrico que necesita medicación adecuada y tratamiento". En el caso de Burke, dos jueces diferentes denegaron la moción de Askari Abdullah Muhammad para representarse a sí mismo, debido a las dudas en torno a su competencia mental. El primero de estos jueces había señalado que "muestra síntomas que concuerdan con una paranoia extrema", y que sus abogados habían informado de que padecía una "enfermedad mental gravemente incapacitante". Ese juez luego se retiró del caso. Los abogados defensores presentaron una moción ante el juez que lo sustituyó, afirmando que su cliente sufría esquizofrenia paranoide, y un médico informó de que "el Sr. Askari lleva muchos años sufriendo esquizofrenia". Cuando el juicio terminó en juicio nulo, el juez se retiró del caso. Un tercer juez permitió a Askari Abdullah Muhammad representarse a sí mismo.
En la apelación, el caso se remitió, para la celebración de una vista, de vuelta al tribunal de primera instancia, que en 2001 anuló la condena de muerte porque, al parecer, la fiscalía había ocultado testimonios que indicaban que Askari Abdullah Muhammad podía haber sufrido enfermedad mental en el momento de la muerte del agente Burke. Pese a ello, la Corte Suprema de Florida restauró la pena de muerte alegando que la presunta conducta indebida de la fiscalía no había modificado el resultado.
Escriban inmediatamente, en inglés o en su propio idioma:
- oponiéndose a la ejecución de Askari Abdullah Muhammad, que lleva décadas en el "corredor de la muerte";
- instando al gobernador a aprovechar la suspensión de la ejecución dictada por los tribunales en este caso para reconsiderar la denegación del indulto;
- señalando el historial de grave enfermedad mental de Askari Abdullah Muhammad;
- reconociendo la gravedad de los delitos por los que Askari Abdullah Muhammad fue condenado.
ENVÍEN LLAMAMIENTOS, ANTES DEL 8 DE ENERO DE 2014, A:
Gobernador Rick Scott
Office of the Governor
The Capitol, 400 S. Monroe St. Tallahassee,
FL 32399-0001, EE. UU.
Correo-e.:
Rick.scott@eog.myflorida.com Tratamiento: Dear Governor / Sr. Gobernador
Envíen también copia a la representación diplomática de Estados Unidos acreditada en su país. Incluyan las direcciones de las sedes diplomáticas locales a continuación:
EMBAJADA DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA
Excmo. Sr.James Costos
Embajador Extraordinario y
Plenipotenciario
C/ Serrano, 75 28006 - MADRID
Fax: 91 587 23 03
Consulten con la oficina de su Sección si van a enviar los llamamientos después de la fecha antes indicada.
INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
En 1988, la Corte de Apelaciones del Undécimo Circuito, corte federal, anuló la condena de muerte dictada contra Askari Abdullah Muhammad en 1975 en el caso Gans porque el tribunal de primera instancia no había podido considerar debidamente los testimonios atenuantes. La Corte ordenó al estado que, "en un plazo razonable", celebrara una nueva vista de determinación de la pena o impusiera una pena inferior a la muerte. La nueva vista de determinación de la pena no se celebró hasta ocho años después, a principios de 1996, cuando Askari Abdullah Muhammad fue condenado de nuevo a muerte por el asesinato de los Gans. Más tarde, en 2012, un tribunal federal de primera instancia ordenó al estado que celebrara una nueva vista de determinación de la pena en el plazo de un año o conmutara la condena de muerte por cadena perpetua, alegando que se había violado el derecho de Askari Abdullah Muhammad a rebatir a un testigo cuando la acusación presentó el testimonio de dicho testigo en forma de testimonio de oídas. En septiembre de 2013, la Corte del Undécimo Circuito anuló esta resolución, por dos votos a uno.
El 21 de octubre de 2013, el gobernador de Florida, Rick Scott, firmó la orden de ejecución de Askari Abdullah Muhammad por el asesinato de James Burke, y la ejecución se fijó para el 3 de diciembre. El 18 de noviembre, sin embargo, la Corte Suprema de Florida dictó una suspensión de la ejecución y ordenó que el caso se devolviera al tribunal de primera instancia para una vista probatoria sobre el protocolo de ejecución revisado de Florida, publicado en septiembre de 2013. En este protocolo, el Departamento de Prisiones de Florida ha sustituido el pentobarbital, la primera de las tres sustancias que se utilizan en el procedimiento, por midazolam clorhidrato. Se supone que la primera sustancia provoca la inconsciencia antes de que se inyecten las otras dos. Los abogados de Askari Abdullah Muhammad han impugnado la eficacia del midazolam clorhidrato, utilizado hasta el momento en dos ejecuciones en Florida. La Corte Suprema de Florida suspendió la ejecución de Askari Abdullah Muhammad hasta el 27 de diciembre. Si los tribunales fallan en contra de Askari Abdullah Muhammad, podría fijarse una nueva fecha de ejecución en una fecha tan temprana como la primera semana de enero de 2014.
En 2009, el que por entonces era el miembro más antiguo de la Corte Suprema de Estados Unidos, el juez John Paul Stevens, escribió que "nuestra experiencia de las últimas tres décadas ha demostrado que las demoras son ineludibles en los homicidios patrocinados por el Estado, y que ejecutar a un acusado después de esas demoras es inaceptablemente cruel". Diez años antes, tanto en el caso de Askari Abdullah Muhammad como en un caso de Nebraska, el juez Stephen Breyer había discrepado de la negativa de la Corte a considerar la constitucionalidad de mantener durante tanto tiempo a un preso en el "corredor de la muerte". Para entonces, hacía casi 25 años que Askari Abdullah Muhammad había sido condenado a muerte (y las demoras, según señaló el juez Breyer, habían sido debidas "en gran parte a la falta de aplicación, por parte del estado, de procedimientos suficientemente constitucionales en el momento de dictarse la sentencia inicial"). Han transcurrido otros 14 años desde la opinión discrepante del juez Breyer, que decía: "Resulta difícil negar el sufrimiento inherente a una larga espera de la ejecución […] Y las condiciones de especial aislamiento del 'corredor de la muerte' pueden muy bien agravar ese sufrimiento". Tras el apuñalamiento del agente Burke, Askari Abdullah Muhammad fue recluido en régimen de aislamiento, en las durísimas condiciones del Ala Q de la Penitenciaría Estatal de Florida. Un psicólogo forense testificó más tarde en el caso para describir las condiciones, "como de una tumba", del Ala Q, en la que Askari Abdullah Muhammad permaneció recluido nueve años, hasta 1989.
Desde que Askari Abdullah Muhammad fue condenado por primera vez a muerte, en 1975, decenas de países han abolido la pena capital, y en la actualidad 140 países son abolicionistas en la ley o en la práctica. La Corte Suprema de Estados Unidos aprobó en 1976 los nuevos estatutos de pena capital, incluido el de Florida, y desde entonces se han llevado a cabo 1.355 ejecuciones en el país, 81 de ellas en Florida: una cifra sólo superada por Texas, Virginia y Oklahoma. Siete de las 35 ejecuciones llevadas a cabo en Estados Unidos en lo que va de año han tenido lugar en Florida. Es la cifra más alta de ejecuciones llevadas a cabo en un solo año en este estado desde 1984. La cifra anual de condenas de muerte dictadas en Estados Unidos ha disminuido en más de dos tercios desde la década de 1990, cuando alcanzó su punto culminante. Florida sigue siendo uno de los estados que van en contra de esta tendencia. En 2012 se dictaron en Florida 22 condenas de muerte, más que en cualquier otro año desde 1998 y más del 25 por ciento de todas las condenas de muerte dictadas en el país.
En un estudio sobre el sistema de pena de muerte de Florida publicado en 2006, el Colegio Estadounidense de Abogados concluyó que la falta de transparencia en torno al proceso de indulto del estado hacía imposible determinar hasta qué punto había "consideraciones políticas inadecuadas" que afectaran al proceso. En Florida no se ha concedido el indulto ejecutivo desde hace 30 años, un periodo en el cual se han llevado a cabo casi 80 ejecuciones.
Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos y todos los países, incondicionalmente, independientemente del delito por el que se haya condenado a la persona en cuestión o del método de ejecución utilizado por el Estado.
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