La concepción del sexo de los humanos de hace 200.000 años prácticamente no ha cambiado, ha dicho este sábado el catedrático José Enrique Campillo, que ha indicado que los del Paleolítico podrían haber usado consoladores e incluso haber practicado relaciones sexuales con animales.
Campillo, catedrático de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Extremadura, ha hecho estas declaraciones momentos antes de pronunciar la conferencia 'Sexo y sexualidad en el Paleolítico: de la Fisiología a la Arqueología' en el Museo Arqueológico de Badajoz.
Ha indicado que el sexo, desde que se creó la especie humana hace 200.000 años, "prácticamente no ha cambiado", pues "sólo se le ha añadido el barniz cultural, social, educativo o religioso, pero en la base, es exactamente igual que hace 200.000 años, idéntico".
Ha manifestado que curiosamente las pocas pruebas que existen de aquella época demuestran esta similitud y que "muchas de las cosas que parecen hoy novedosas en relación al sexo, ya estaban descritas".
Así, ha destacado la existencia de un falo, que data de 30.000 años antes de Cristo, fabricado en piedra y de tamaño y grosor reales "que tiene una pulimentación tan absolutamente exagerada que sólo ha podido servir para ser usado como consolador".
Hay imágenes que podrían demostrar el sexo con animales
Ha resaltado también que hay imágenes "de bestialismo" que podrían representar prácticas sexuales con animales, como un grabado ubicado en una cueva española y que también se ha encontrado en Portugal, en el que se aprecia un hombre "con el pene completamente erecto detrás de una cabra".
En este sentido, ha destacado las numerosas imágenes del sexo femenino que existen "por todas partes", como las de la cueva asturiana de Tito Bustillo, que cuenta con un friso "que está lleno de vulvas femeninas en colores y de distintos tamaños, formas y maneras".
Para el médico fisiólogo autor del libro 'La cadera de Eva', el ideal de mujer "sexy" del Paleolítico está representado en las figuras femeninas en piedra que se han encontrado en yacimientos europeos y que representan "a mujeres muy obesas, con grandísimos pechos y caderas enormes que indicaban mayores facilidades para la reproducción".
A este respecto, ha apuntado que todas estas imágenes y pinturas encontradas en las cuevas de Altamira, las asturianas, del País Vasco o del sur francés "se concentran en un periodo muy concreto de años, de hace 25.000 ó 30.000 años, y coinciden con épocas de glaciaciones tremendas".
José Enrique Campillo Álvarez es doctor en Medicina por la Universidad de Granada y catedrático de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UEX y su labor investigadora se ha centrado en la nutrición, la evolución humana y el ejercicio físico.
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