A propósito del debate suscitado el sábado pasado en el Primer Encuentro del Taller sobre Peronismo, Camporismo y Socialismo que organizamos en el local de Maza 34, estoy consultando las publicaciones de la Izquierda Nacional en el período 1973/76. Tengo en mis manos el nº 23 de "Izquierda Popular" -órgano del FIP- correspondiente a la 1º quincena de setiembre de 1973, y descubro un interesante recuadro que aparece en tapa. Dice así:
LA DEFENSA DEL GOBIERNO POPULAR Y LAS ARMAS
La posición del Frente de Izquierda Popular sobre los grupos armados antes del 11 de marzo es bien conocida. Toda la tradición del movimiento obrero internacional indica claramente el desacuerdo del pensamiento revolucionario con el terrorismo individual o los grupos militarizados por pretender sustituirse a las masas.
Después del 11 de marzo todos esos grupos, salvo uno o dos casos, han cesado en dicha actividad y han expresado su apoyo a la legalidad popular.
Creemos, sin embargo, que esos grupos deben permanecer organizados, deben conservar sus armas y deben constituirse en el embrión de la fuerza que las masas deberán emplear en el caso que los gorilas sobrevivientes del Ejército pretendan repetir un cuartelazo semejante al de 1955.
Las lecciones de la contrarrevolución militar chilena, cuya preparación política fue organizada por la Democracia Cristiana, son muy claras al respecto.
El recuadro que contiene el texto precedente es parte de la tapa cuyos titulares son:
"LA BOLETA DEL FIP: POR PERON Y EL SOCIALISMO"
"NI BURGUESES NI TRAIDORES, LUCHAR DESDE ABAJO"
"¡VIVA LA RESISTENCIA DEL PUEBLO CHILENO!"
La vertiginosa evolución -regresiva- de los acontecimientos determinó que las organizaciones politico-militares pronto formaran objetivamente parte del campo contrarrevolucionario y golpista. Sin embargo, la postura del FIP -en setiembre de 1973- respecto de que esas organizaciones no debían desarmarse, está en consonancia con la perspectiva de disputar la hegemonía del Frente Nacional Antiimperialista para conducirlo hacia el socialismo. Hoy esto tiende a olvidarse y hay compañeros de la corriente que descalifican a Montoneros o al PRT-ERP llamándolos "terroristas gorilas" como si esa condición fuera de naturaleza ahistórica, o una especie de esencia identitaria inmune a la determinación de las circunstancias. Los compañeros que así piensan complementan este error con una defensa de la figura de Perón igualmente "ahistórica" y "esencialista". Olvidan que por mucho apoyo al peronismo que la Izquierda Nacional siempre haya explicitado, su sola constitución como organización autónoma implicaba un desafío potencial a la conducción del propio Perón sobre el Frente Nacional. En este carácter indpendiente de la organización (independencia política, ideológica, táctico-estratégica y financiera) reside el carácter crítico del apoyo, y no en la tontería de decir que se apoyan las cosas buenas pero no las malas, como parecen creer quienes hoy apoyan al kirchnerismo "críticamente" pero se rehusan a construir una estructura de cuadros propia.
GC
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