Según filmaciones y noticias periodísticas, estarían identificados algunos de los barras que causaron el escándalo en el último superclásico. Uno de ellos sería Adrián "El Panadero" Napolitano. Su relación con el FPV y el peronismo porteño.
Llamativamente, más de cinco días después de los hechos, los “periodistas” de Fox se dieron cuenta de que tenían un video donde se ve a algunos barras de Boca tirar el gas pimienta en la escalera que llevaba a la manga desde el vestuario visitante. Poco a poco fueron ordenándose los hechos y llegamos a la misma conclusión de siempre: dirigentes, políticos, barras, jugadores y muchos seudoperiodistas siguen siendo cómplices de un entramado de violencia y delincuencia de este fútbol, que se niega a ceder sus negocios y los defiende tanto como un capitalista defiende su tasa de ganancia. El escándalo salpicó al peronismo porteño y a Silvia Gottero, tercera candidata y expectable en la lista del FPV que encabeza Carlos Tomada en la Ciudad, que apareció fotografiada con El Panadero.
Ya desde el jueves a la noche, lo más verosímil era que el gas a los jugadores de River había sido parte de una interna de la barrabrava de Boca. La misma interna que había metido el dron con el fantasma de la B como una muestra de poder entre las distintas facciones de La 12. Cinco días después, es vergonzoso escuchar cómo todos los dirigentes intentan despegarse de los barras que ellos mismo ayudaron a construir y a los que les dieron poder como parte de sus luchas internas.
La pelea de la barra de Boca tiene varios muertos ya. Desde que el Rafa salió en libertad y manifestó sus intenciones de volver, hubo tiroteos en el Bajo Flores y en la ruta 9 (donde recibió un tiro el propio Mauro Martín), le balearon la casa y le quemaron el auto a Fido Debaux y algunos apuñalados por la renta diferencial de la calle que en días de partido se apropian los trapitos cerca de la Bombonera. Hasta que un día los dirigentes de Boca y la policía decidieron otorgarle el poder a la dupla de Mauro y Rafa, desbancando a Debaux. Y como nadie se queda quieto, las distintas facciones de la barra empezaron a hacerse notar para que no los olviden y les cedan una parte del negocio.
En fin, habría montones de detalles para seguir, pero hoy es importante detenerse en un hecho. Hace meses que el kirchnerismo pretende destronar al macrismo de Boca. Hace meses que se lo ve al jefe del sindicato de los encargados de edificio Victor Santamaría codo a codo con Mariano Recalde en las transmisiones de Fútbol para Todos. Hace meses que vemos cómo Roberto Digón, quien fuera dirigente del sindicato del tabaco, se prepara para las elecciones de fin de año. ¿Y cómo se hace política en Boca y en todos los clubes en la Argentina? Disputando también el poder de la barra. Si Angelici arregló con Rafa y con Mauro, el kirchnerismo tiene lo suyo y buscó arraigo entre los barras que habían quedado afuera del negocio.
Por eso el Panadero Adrián Napolitano aparecía como parte de la agrupación Nuevo Boca de Roberto Digón. Por eso, el propio Santamaría dice “Nací en la agrupación de Digón, no descartamos que participe con nosotros”. Sería de mal pensado, creer que el lugar de Silvia Gottero, esposa de Digón, en las listas del FPV haya tenido que ver con el acuerdo entre con Santamaría para las elecciones de Boca. Sin embargo, hay algo que salta a la luz y es que todos están dispuestos a negociar cuotas de poder con estos mercenarios del fútbol que se hacen llamar barras. Y la relación del PJ Capital con estos barras quedó de manifiesto en esas fotos donde se ve Silvia Gottero, tercera en la lista del FPV, muy feliz con El Panadero disfrutando viajes y fiestas como viejos amigos. Una vez más, las barras y la casta política unidos por uno y mil lazos.
Y con el periodismo también. Diego Brancatelli defendió en Intratables a El Panadero e intentó presentarlo como un “boludo” más, minimizando el poder de los barras y sus lazos con la política del FPV y de la Agrupación Nuevo Boca de Digón. El propio Brancatelli estaba en la Secretaría de Prensa de Nuevo Boca de la que también era o es parte Adrián “Panadero” Napolitano. Todo tiene que ver con todo señores.
Y esto llega muy arriba. A ningún barra se le pasó por alto cuando la propia presidenta se refirió a ellos y los empoderó: “En la cancha colgado de la paraavalanchas y con la bandera, nunca mirando el partido, porque no miran el partido, arengan, arengan y arengan, la verdad, mi respeto para todos ellos”. Pero la verdad es que arengan y arengan cuando reciben sus entradas o el merchandising del club para revender o les entregan las zonas liberadas de la policía para sus negocios. Y si no tienen sus formas de hacerse escuchar. Como el jueves en la Bombonera.
Y esto llega muy arriba. A ningún barra se le pasó por alto cuando la propia presidenta se refirió a ellos y los empoderó: “En la cancha colgado de la paraavalanchas y con la bandera, nunca mirando el partido, porque no miran el partido, arengan, arengan y arengan, la verdad, mi respeto para todos ellos”. Pero la verdad es que arengan y arengan cuando reciben sus entradas o el merchandising del club para revender o les entregan las zonas liberadas de la policía para sus negocios. Y si no tienen sus formas de hacerse escuchar. Como el jueves en la Bombonera.
Más de una vez, los verdaderos hinchas han callado a la barra cuando se dan cuenta que un insulto es parte de una operación de este fútbol-negocio, pero es todavía más fuerte el bloque que hay del otro lado, con toda la casta políticos de turno, tanto del PRO como del FPV, dispuesta a defender los privilegios de esta banda de mercenarios porque les son útiles en otros menesteres. Cada vez que se necesite una patota para un acto político o para amedrentar trabajadores ahí estarán los barras. Y lamentablemente, esto pasa en todos los clubes.
La violencia en el fútbol fue mutando con el negocio. La gran mayoría de los hechos de violencia en el fútbol en los últimos años se dieron al interior de los clubes y ya no de enfrentamientos entre barras de distintos clubes. Ese prestigio estúpido que se jugaba en una pelea callejera en La Boca, en Avellaneda o en México ’86 cambió y transformó a las barrabravas directamente en empresas que facturan desde la reventa de entradas, el merchandising de los clubes, los puestos de la calle y hasta en algunos casos se han hechos socios del negocio participando de la compra de los pases de los futbolistas. Es tan grande el negocio donde cobran su tajada políticos, dirigentes del fútbol, burócratas sindicales que cada vez hay más muertos para proteger ese lucro.
Esta semana, los escuchamos a todos los protagonistas de este fútbol-negocio compungidos, haciéndose los sorprendidos ante poder de los barras. No les va a durar mucho. El show debe continuar. Y así están matando al fútbol un poquito más cada fin de semana.
Publicado originalmente en http://www.laizquierdadiario.com/
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