Enviado por: "Gustavo Cangiano" ghcangiano@hotmail.com izquierda_nacionalar
Mié, 4 de Ene, 2012 5:28 pm
UN LIBRO INTERESANTE QUE LOS MILITANTES DEL CAMPO POPULAR DEBEN LEER Y
SOBRE EL CUAL HAY QUE REFLEXIONAR Y DEBATIR
A quienes dispongan de tiempo para la lectura en este caluroso enero,
les recomiendo el siguiente libro: Fórmula para el caos. La caída de
Salvador Allende (1970-1973). Su autor es el profesor brasileño Luiz
Alberto Moniz Bandeira, un hombre comprometido políticamente con el
gobierno de Joao Goulart derrocado en 1964 por Garrastazu Medici, y
que por ese compromiso estuvo preso y debió exiliarse durante años.
(Tal vez el compañero Daniel Fernando
-si deja por un rato la playa para leer este mail- podría darnos
algunos datos más sobre el autor, que parece un tipo bastante
interesante).
Lo primero que debo decir es que no comparto la perspectiva teórica
desde la que está escrito el libro. Moniz Bandeira parte de la
concepción marxista según la cual una formación social no está
agotada hasta tanto las relaciones sociales que en ella imperan no hayan
sido rebasadas por el desenvolvimiento de las fuerzas productivas.
Mientras esto no ocurra, toda pretensión de hacer una revolución sonará
utópica y acabará en el fracaso si se la intenta llevar a cabo. Aunque
esto es cierto en términos generales,
se trata de un esquema que debe ser evaluado a la luz de la dinámca del
proceso histórico. Tomado al pie de la letra, o de manera esquemática
(como le gusta hacer a Daniel González, por ejemplo), implicaría
no sólo la inutilidad de toda labor politica revolucionaria, sino de
toda labor política a secas: la militancia sería definitivamente
sustituida por "la gestión", como dicen los "posmodernos"). A partir
de este supuesto, Moniz Bandeira
dice que en Chile, en 1970/73, no estaban dadas las condiciones para
avanzar hacia el socialismo; ni por la "vía pacífica" pregonada por
Allende, por el PC y por la derecha del PS, ni por la "vía
insurreccional" pregonada por el MIR, por la izquierda del PS y tal
vez por otras organizaciones como el MAPU.
En consecuencia, la derrota final del gobierno de Allende estaba
predetermiada y nada de lo que las fuerzas políticas revolucionarias
hubieran podido hacer o dejar de hacer iba a evitarla. (Tengo la
impresión de que Moniz Bandeir confunde el socialismo con las medidas
nacional-democráticas tomadas por el gobierno de la UP, como
estatizaciones, reforma agraria, etc. Pero dejaré este punto para otro
momento)
Es esta perspectiva "trágica", y a mi modo de ver equivocada, la
que paradójicamente le confiere un atractivo especial al libro, que
puede ser leído como un "thriller" que nos atrapa desde la primera
página con su intensidad. Son más de 400 páginas que se leen de
corrido, y no voy a resumirlas acá. Sólo diré que gran parte del
atractivo del libro de Moniz Bandeira obedece al hecho de que trabaja
con documentos desclasificados recientemente en Estados Unidos que no
dejan dudas acerca de cuestiones como:
1) el papel protagónico que tuvo la CIA en el fracaso de la "vía
chilena al socialismo". Se narran con detalle las "operaciones
encubiertas" (como el financiamiento del diario "El Mercurio", entre
otros, o el de las campañas electorales de los partidos Nacional y
Demócrata Cristiano) y las "operaciones de engaño" (como la
adjudicación a la izquierda de acciones terroristas llevadas a cabo
por agentes infiltrados). Verdaderamente, causa
escalofríos conocer de las propias fuentes hasta qué punto la
Inteligencia imperialista estaba infiltrada por entonces en el aparato
estatal chileno (¡y no solo en el chileno! ¡y no sólo por entonces!).
2) la participación activa de la dictadura militar brasileña en la
conspiraciòn contra Allende ( en Brasil, por ejemplo, se organizaban
reuniones conspirativas entre los dirigentes del grupo ultraderechista
y terrorista "Patria y Libertad" con militares golpistas). También
menciona que hacia agosto de 1973, también militares argentinos
estaban en contacto con los terroristas de "Patria y Libertad" para
brindarles apoyo (¡ay Edgar!).
3) el abierto carácter nacional y de clase que tenía la divisoria de
fuerzas entre la Unidad Popular, por un lado, y las fuerzas opositoras,
por el otro. Mientras detrás de Allende estaba básicamente el
pobrerío: la clase obrera, junto a sectores de clase media baja, y la
juventud radicalizada, en el arco opositor convergía lo que nosotros
llamamos "rosca oligárquico-imperialista": el entramado entre las
empresas extranjeras, los latifundistas, las capas superiores de la
clase media, los altos mandos militares, los partidos políticos
tradicionales, el Poder Judicial, etc.)
Moniz Bandeira va siguiendo casi día a día el progresivo deterioro del
gobierno de Allende, hasta el momento en que -trabado por sus propias
contradicicones internas- ya no podía ni avanzar (como proponían
dirigentes como Altamirano o Enriquez) ni retroceder (como quería el
stalinismo), y sólo le quedaba esperar la caída. El libro nos pinta un
panorama en el cual las
fuerzas contrarrevolucionarias operaban simultàneamente en los niveles
político, ideológico, económico y militar, con acciones que respondían
a una suerte
de "mando unificado" que estaba situado más allá de Chile, en el
Pentágono, donde los norteamericanos tenían razones geopolíticas (su
disputa con la URSS) y razones económicas (los intereses de las
empresas dueñas del cobre) para liquidar a Allende. Y como trasfondo,
nos cuenta tambièn cómo la contrarrevolución se posicionaba más allá de
Chile. La dictadura brasileña que derrocó a Goulart en 1964 consiguió
imponer en Bolivia a Banzer en 1971, luego de liquidar el nacionalismo
militar de Ovando y de Juan José Torres
(con la complicidad de los "idiotas útiles" de la ultraizquierda). Con
Banzer en el gobierno, los contrarrevolucionarios chilenos encontraron
una base de apoyo logístico. Paralelamente, en 1973 se había cerrado
(tambièn con intervención de Brasil y de la CIA) el proceso de masas que
se insinuaba en Uruguay: los Tupamaros habían sido
derrotados, sus intentos de establecer vínculos con militares
"peruanistas" estaban terminados y el propio referente del Frente
Amplio estaba en prisión. En Perú, el estrangulamiento del proceso
revolucionario se daría en 1975, cuando Morales Bermúdez desplaza a
Velasco Alvarado. Chile fue el paso siguiente, en setiembre de 1973.
Sólo quedaba Argentina.
Y el 24 de marzo de 1976 los mismos protagonistas de la tragedia
chilena (las "fuerzas vivas" de la oligarquía, los militares vendepatria
al servicio de la CIA, la pequeña burguesía cipaya, la partidocracia)
consiguieron
derrotar al proceso revolucionario abierto años atrás derribando al
gobierno peronista.
Tal vez quienes lean el libro de Moniz Bandeira compartiendo su
perspectiva de análisis, concluirán que aquella época demostró una vez
más que los ideólogos burgueses tienen razón cuando advierten que
todo intento de construir el paraíso en la Tierra acaba con la
construcción de un infierno. Tal vez lleguen así a la conclusión de
que es mejor conformarse con algo de "democracia" y de "derechos
humanos" sin pretender ir más allá y "despertar al monstruo". Quienes
lean el libro desde una perspectiva revolucionaria, en cambio,
encontrarán grandes estímulos para revisar viejos errores y
pertrecharse mejor para cunado vuelvan a soplar con fuerza los vientos
emancipatorios en América Latina.
GC
PS: El libro fue editado por Corregidor, en noviembre de 2011. Creo
que cuesta algo así como $ 150. Pero aconsejo comprarlo, leerlo y
debatirlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario