Una reciente investigación médica, publicada en "Psychology Today", reveló que jóvenes que consumen pornografía desde la adolescencia tienden a padecer disfunción erectil al llegar a los 25. La rehabilitación no se logra con pastillas sino con dejar el porno por un buen tiempo.
Consumir porno en abundancia puede terminar haciendo "cortocircuito" en los canales cerebrales del placer, producto del exceso de imágenes de sexo que se van acumulando, y causar el descenso de la libido, la ausencia del deseo e incluso disfunción eréctil.
Una reciente investigación realizada por la Asociación de Andrología y Medicina Sexual italiana y publicada en "Psychology Today" ha revelado que los jóvenes que consumen pornografía con regularidad desde la adolescencia (14-15 años) tienden a padecer disfunción eréctil y pérdida de deseo cuando rondan los 25.
Al parecer la causa no es tanto psicológica como fisiológica. Según explica Carlo Foresta, director del estudio, en la revista, los usuarios de pornografía, tras muchos años de consumo, terminan por dormir la respuesta natural de su cerebro a la estimulación sexual.
El placer sexual nace en el cerebro, cuando se segrega una sustancia llamada dopamina (que se activa ante la novedad, la sorpresa o la ansiedad) y ésta provoca a su vez el deseo sexual y, por tanto, la erección. Sin embargo el estudio sostiene que si el cerebro está acostumbrado a la estimulación a través del porno, la respuesta se va haciendo cada vez más difícil pues las imágenes eróticas cada vez son menos emocionantes y menos sorprendentes.
Por este motivo la disfunción eréctil provocada por el abuso de la pornografía es difícilmente solucionable con pastillas, ya que éstas actúan directamente sobre el sistema cardiovascular (potenciando el flujo de sangre en el pene), pero no sobre la segregación de dopamina.
El amplio desarrollo de Internet ha facilitado el acceso a los contenidos eróticos. De hecho el 12% de las páginas web son de contenido pornográfico: internet, como nunca nada ni nadie antes, facilita el consumo secreto de porno.
Rehabilitación sexual
Pero no hay que alarmarse, la solución es relativamente sencilla. Basta con dejar de lado el porno y en unos tres meses se conseguirá una respuesta sexual natural. El estudio demuestra que el proceso de recuperación es sorprendentemente similar en la mayoría de los afectados. Durante los primeros días de ‘abstinencia’ suelen experimentar fuertes deseos sexuales pero después su libido desciende y experimentan la apatía durante unas semanas. En la siguiente fase, poco a poco, comienzan a aparecer las erecciones matutinas y ocasionales y el deseo se va recuperando paulatinamente, hasta que son capaces de mantener relaciones sexuales sanas y plenas con una pareja real.
La escritora Naomi Wolf dio cuenta de este fenómeno ya en 2005 con su libro El mito del porno, en el que indicaba que muchos terapeutas y consejeros sexuales estaban comenzando a asociar el incremento del consumo de pornografía en hombres jóvenes con un aumento de casos de impotencia y eyaculación precoz en ese mismo grupo de edad.
Los expertos que entrevistó adelantaban la tesis de que la pornografía estaba insensibilizando de forma progresiva la sexualidad de los hombres que la consumían frecuentemente, por lo que necesitaban unos niveles de estimulación cada vez más altos para lograr la satisfacción sexual.
Investigaciones posteriores como la de Foresta han demostrado que efectivamente la adicción al porno funciona como cualquier otra en la que el sistema de recompensa del cerebro necesita cada vez más para alcanzar el mismo grado de bienestar (al igual que ocurre con la cocaína o con el juego). Este efecto explica además por qué los consumidores de pornografía avanzan desde contenidos suaves hacia imágenes cada vez más duras y extremas.
Como la pescadilla que muerde la cola, el consumo compulsivo de pornografía no sólo provoca la infraestimulación de la dopamina, si no que conlleva una imagen del sexo totalmente falsa. Huelga decir que lo que muestran las películas pornográficas no se corresponde con las relaciones sexuales de la gente de a pie, pero quienes han desarrollado su sexualidad viendo ese tipo de secuencias se ha creado una imagen desvirtuada. Esto provoca que, cuando mantienen relaciones con una persona y no se corresponden con lo aprendido en internet, se frustren y no disfruten.
Poco a poco el círculo se va cerrando y los casos más graves prefieren quedarse delante de la pantalla del ordenador masturbándose antes que meterse en la cama con un compañero de juegos de carne y hueso.
http://www.unosantafe.com.ar/informaciongeneral/Consumir-mucho-porno-puede-hacerte-impotente-20111104-0011.html
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