sábado, 20 de agosto de 2011

Barrick Gold contrata un nuevo mercenario comunciacional para esconder sus trapitos sucios y confundir a la gente

Miguel Giménez Zapiola es el nuevo director de Asuntos Corporativos de Barrick y tendrá la tarea de tapar todos los desastres ambientales de la empresa además de confundir a la opinión pública haciendole creer que la minera canadiense es buena y responsable.

Más información de Revista Imagen dice:

Luego de una prolongada búsqueda, la minera Barrick Gold tomó a Miguel Giménez Zapiola, proveniente de la filial argentina de Endesa Generación. El nuevo director de Asuntos Corporativos, que inició su carrera en la consultora Hill & Knowlton, es el primer ejecutivo argentino de Barrick con ese relevante rango, lo que significa un paso importante para una minera que desde hace años está en el centro del debate político argentino.

Desde la gestión de Verónica Rivero, desvinculada en 2009, el gigante canadiense de la minería solo contó con la fugaz contratación de Dante Ramos, en 2010, un ex directivo de PR de la panificadora de origen mexicano Bimbo.

Barrick cuenta con Llorente & Cuenca como consultora principal de PR y comunicación digital, así como con Nueva Comunicación y los servicios del lobbyista Santiago Soldati, pero sufre el reiterado acoso de grupos ambientalistas, como Greenpeace, que la señalan por presuntamente querer dañar los glaciares en sus proyectos de explotación minera a gran altura en la provincia de San Juan.

Giménez Zapiola, que comenzó a trabajar a principios de mes, proyectaría sumar profesionales a su equipo en el mediano plazo.

La creación de una dirección de Asuntos Corporativos que gestione las relaciones con autoridades, medios, las actividades de RSE y toda la comunicación de Barrick se encuadra en la contraofensiva que, tímidamente, está lanzando el sector minero en Argentina a la luz de los serios problemas de imagen de la industria ante el accionar de grupos ambientalistas y políticos de izquierda. Actualmente está pendiente la reglamentación de una Ley de Glaciares, que podría hacer inviables numerosos proyectos mineros en la Cordillera. Barrick sería la mayor afectada por esa ley que, dependiendo cómo se plasme en sus detalles, podría ver directamente vetada su actividad en Argentina.

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